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La pyme uruguaya que llegó a invertir en Estados Unidos

La pyme uruguaya que llegó a invertir en Estados Unidos
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COMENZÓ COMO UNA UNIPERSONAL Y DECIDIÓ ESTABLECERSE EN NORTEAMÉRICA

Es habitual que empresas estadounidenses inviertan en Uruguay, lo que no es común es el caso inverso aunque en los últimos años se ha incrementado la inversión de empresas locales en el país de Norteamérica.

Inmuebles, restaurantes, gimnasios, mueblerías, iluminación, energía solar, financiamiento de automóviles y propiedades, desarrollo de software, estaciones de servicio, galerías de arte, transporte y turismo, prendas de vestir, suministro de artículos para fotos, cría de caballos árabes, establecimientos graneleros, control de plagas y ganadería.

Esos son los rubros en que inversores uruguayos han incursionado en Estados Unidos en 2013 y 2014, según datos proporcionados por la embajada de EE.UU. a El País.

Entre ellas hay varias pequeñas y medianas empresas (Pymes), incluso una que empezó siendo una unipersonal en Uruguay.

«Era yo y mi alma, un portafolio y un vehículo», cuenta Álvaro Sorrondeguy, un veterinario que en 1996 empezó a trabajar en el área de higiene, desinfección y posteriormente en el control de plagas.

«Comencé con la producción y distribución de un producto de higiene para tambos en el año 1996, cuando la lechería era un poco el auge del momento», relata Sorrondeguy desde las oficinas de Lanodir USA en Baltimore (Maryland), la subsidiaria de Lanodir S.A..

Algunos años después, con los primeros indicios de la crisis económica en 2001, este empresario decidió incursionar en el negocio del control de plagas en Uruguay, en maderas, embalaje de maderas para la exportación y en el almacenamiento de granos.

Siempre interesado en la búsqueda de nuevos horizontes, Sorrondeguy decidió en 2010 establecer una unidad de negocio en Paraguay.

En ese lugar se daba un escenario similar al de Uruguay con la llegada de inversores argentinos y un auge agrícola «muy importante», según cuenta el empresario.

Dar el paso.
Pero, dar un salto hacia Estados Unidos era visto como algo complejo por el emprendedor. «Uno desde Sudamérica lo ve como una cosa muy lejana, muy grande, difícil de abordar», cuenta.

El 31 de octubre de 2013, Sorrondeguy participó de la primera Cumbre de Inversiones SelectUSA (que volverá a celebrarse los próximos 23 y 24 de marzo) un espacio del gobierno de EE.UU. donde los empresarios encuentran herramientas prácticas, información valiosa y contactos para establecer o expandir sus operaciones.

«Para el empresario uruguayo, abordar EE.UU. como un mercado vendría a ser como abordar un continente. Hay que ver cómo va a hacer y en qué lugar, porque cada Estado es como si fuera un país, tiene normativas diferentes. A veces las normativas estatales son más restrictivas que las federales, entonces hay que tomar nota y tener un panorama claro», explica Sorrondeguy.

«Al salir del SelectUSA quedé tan entusiasmado que quería ver cómo se empieza. Tuve que buscar un profesional que asesore en el área inmigratoria y fiscal. Y armar el plan de negocios, que se somete a estudios, son procesos que demoran meses. Una vez que le aprueban el proyecto, uno tiene las herramientas necesarias para poder venir», añade.

El empresario vio una oportunidad a raíz de un cambio de legislación en Estados Unidos. «El fumigante bromuro de metilo, que es de los más utilizados en el mundo, se daba que en enero cambiaba la legislación y el producto quedaba como restringido. Eso abría un nicho de mercado para empresas como la nuestra que trabajan con alternativas al bromuro de metilo y podía ser de interés», explica.

Con el SelectUSA como «apoyo, soporte, que en mi caso continúa hasta ahora, llegué a Estados Unidos en febrero de 2014 y puse operativa la empresa en el Estado de Maryland y desde hace muy poquitos días en el Estado de Virginia», señala Sorrondeguy.

Es que no es sencillo ampliar el negocio a otro Estado porque en esta área la firma «tiene que tener un certificado de control de plagas como aplicador, eso se lo da el Departamento de Agricultura del Estado. La diferencia con Uruguay que tenemos un solo Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca que está en todos lados, aquí cada Estado es como un país, tiene que ir a cada departamento de agricultura para ponerse operativo dentro de ese Estado», añade.

Inversión de US$ 400.000.
La operación de Lanodir USA está adentro del rubro «small business» (pequeño negocio) que es para empresas con una facturación anual de hasta US$ 27 millones. Aunque, la pyme uruguaya está lejos de eso. La inversión en el país norteamericano fue de US$ 400.000 y la firma emplea a cinco personas, aunque tiene planes para trabajar también en los estados de Carolina del Norte y Florida.

En Uruguay, Lanodir emplea unos 25 trabajadores (aunque en zafra puede llegar a 30) y «apenas supera US$ 1 millón de facturación», cuenta Sorrondeguy. «La razón para buscar otros mercados fue la escala por eso llegamos a Paraguay y ahora aquí», afirma.

El empresario lo ejemplifica en que «Uruguay produce 5 millones de toneladas anuales de granos» mientras que Paraguay «produce 15 millones de toneladas anuales» y «solo en el río Mississippi bajan en barcazas a Nueva Orleans 61 millones de toneladas y sumados otros puertos el mercado total de granos es de 500 millones de toneladas, más otros rubros que en Uruguay no hay como tabaco, almendras, etcétera».

«El que pueda salga y tome lo bueno»
Para el empresario los emprendedores uruguayos que identifiquen oportunidades de negocios y cuenten con posibilidades de desarrollarlas en otros mercados de mayor porte que el local tienen que animarse y probar suerte.

«El que puede salir que salga y que tome lo bueno», recomendó Sorrondeguy a los empresarios uruguayos.

«Lo que de repente puede ser un nicho de negocio que en Uruguay es reducido, aquí puede ser enorme. Un cliente solo le puede significar lo que factura en dos años en un país», afirma el empresario.

En este sentido, Sorrondeguy recordó que hay algunos rubros de negocio en que el límite lo pone el tamaño del mercado y no las ganas de crecer adentro de él. «Llega un momento que no se puede más a no ser que tenga un sector de mercado monopólico, que no es nuestro caso», asegura.

Fuente: Diario El País

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